Aunque se sabe que el cacao proviene del fruto de un árbol originario de América, no se conoce con exactitud en qué región se halló por primera vez. La mayoría de investigaciones coinciden en que su historia data de hace unos 5.000 años en las cuencas del río Amazonas y que, desde allí, llega hasta América Central -específicamente a la región que hoy conocemos como México- transportado por los indígenas mesoamericanos, que lo utilizaban como reserva portátil de energía y agua.
Pero investigaciones más recientes han demostrado que este fue descubierto accidentalmente, cuando los indígenas de América Central, que producían cerveza con la pulpa de las vainas de cacao, aprendieron a utilizar los desechos del proceso de fermentación para preparar una bebida no alcohólica que, a pesar de su amargo sabor, era muy apreciada.